
Le parecía increíble que tuviera que pasar por algo así, para él Sung Jong era alguien intocable, alguien que sin duda no merecía daño alguno. Se sentía culpable, debió estar ahí cuando el rubio fue a verlo, debió llegar antes. Myung Soo y Sung Gyu esperaban que el médico saliera de la habitación, ambos estaban en silencio hasta que el doctor salió. Los chicos se dirigieron rápidamente hasta él para recibir alguna información.
- ¿él está bien?
- Sí, bueno a simple vista solo tiene una irritación, por la brusquedad. Pero quiero hacer exámenes para verificar que no exista algún trastorno biológico en él. así que me lo llevaré al hospital.
- Claro
- Pediré una ambulancia, un segundo por favor
Los chicos asintieron con la cabeza y L, completamente ansioso por saber cómo estaba Sung Jong entró en la habitación. Vio al menor con una expresión deprimente y se acercó a él, sentándose en la cama y tomando su mano.
- ¿cómo estás?
El rubio se mantuvo en silencio, mirando la nada. Quería deshacerse de su cuerpo, aún tenía la sensación de que las manos tocaban su cuerpo.
- Sung Jong… solo quiero saber una cosa… ¿cómo eran?
Sung Jong le dirigió una mirada confusa y le describió a las personas. De pronto el médico junto a dos hombres de blanco entraron.
- Ya estamos listos
L se apartó un poco y en una camilla se llevaron al rubio. Sung Gyu y L los siguieron en el automóvil que no usaban usualmente. Se quedaron en el vestíbulo del hospital esperando alguna respuesta, después de algunas horas el doctor les anunció que no había problema con Sung Jong, lo único que le preocupaba era la intención del rubio de no hablar.
Esa noche Sung Jong se quedó allí y Myung Soo le acompañó en la habitación mientras él dormía.
Al día siguiente lo llevaron a la casa de L y lo recostaron en la cama de él.
- ¿estás mejor? – peguntó Sung Gyu –
- Mm – asintió con la cabeza –
Sung Gyu se apartó un poco para hablar con L y mencionarle que realmente le preocupaba que Sung Jong no hablara.
- Estoy harto! – dijo L, y corrió hasta la salida –
El rubio y el otro chico se quedaron sorprendidos ante la actitud de Myung Soo. Y a Sung Gyu solo se le ocurrió una cosa.
- Demonios… irá por ellos
Sung Gyu iba a salir de la habitación en busca de su amigo, pero Sung Jong lo detuvo.
- Espera!, quiero ir.
- Eh?, pero…
- Ayúdame…
El pelinegro aceptó y ayudo a Sung Jong a levantarse, ambos fueron rápidamente tras L. después de un rato buscándolo, lo hallaron peleando con tres chicos, el rubio pudo reconocerlos y su cuerpo comenzó a tiritar de nervio.
Sung Gyu corrió hasta ellos y comenzó a apoyar a su amigo, los golpeó lo suficiente como para que estos se alejaran asustados. Sung Jong se acercó y se dio cuenta que el rostro de L sangraba.
- L – dijo sosteniendo su cuerpo adolorido por los golpes –
- No podía dejar las cosas así, jamás les perdonaré… ni a mismo lo que te hicieron. ¿Sabes una cosa?
- Mm?
- Me gustas.
Sung Jong impresionado, sentía como sus mejillas se ruborizaban.
- La verdad no creo que sea solo eso. La verdad es que daría hasta mi último aliento por procurar que estés bien… siento que… quiero cuidarte, porque si algo te pasa mi corazón se destroza. Me enamoré de ti… Sung Jong.
El rubio, emocionado por la confesión de L, comenzó a llorar y lo abrazaba con fuerza.
- Espera –decía exclamando dolor – duele… un poco.
- Lo siento
- Solo quiero que vuelvas a ser ese Sung Jong sonriente, aunque cueste mucho… te apoyaré…
- Con alguien como tú cerca… siempre estaré bien
Sung Jong le brindó un dulce abrazó, el cual Myung Soo respondió con un tierno beso. Sung Gyu conmovido por la situación sonreía mirando como su amigo había elegido a la persona con quien pasaría el resto de su vida, cuidando, respetando, valorando, aceptando, admirando, comprendiendo, en el fondo… amando.
FuLl MoViEs
MoViEs To mOvIeS
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