Sorprender, de alguna manera entendía esto como poder admirar algo que se presentaba de improviso. No fue muy distinto a lo que me ocurrió… con él.
Escapar, solo quería alejarme de lo que estaba sintiendo en ese instante y solo corrí. No le dirigí la palabra en varios días, durante los cuales solo lo veía encariñándose más con Kazuki. Me molestaba verlos todo el tiempo juntos, mi hermano tan pendiente de Byou…
Un día vi a Kazuki cambiando la venda de Byou, pude ver que su herida seguía sin cicatrizar. La sangre me hervía cuando las manos de Kazuki acariciaban el torso de Byou de pronto me di cuenta que Byou estaba viéndome, percibí que mi cara se ruborizaba y sólo salí de allí. Evidentemente, estaba celoso y a pesar que era algo que no esperaba, ni mucho menos me agradaba sentir… era así.
Subí a mi habitación y me quede recostado en mi habitación, abrazando un almohada, preguntándome que ocurría por mi corazón con respecto a Byou, si bien no me agradaba en lo más mínimo, no podía negar lo que sentí en el instante que lo tuve tan cerca.
De improviso alguien toco la puerta…
- Jin – era Kazuki – voy a entrar…
La puerta se abrió y vi la preocupada expresión de Kazuki.
- ¿qué quieres? – dije mientras él se sentó en mi cama –
- Quiero saber qué ocurre, Byou me dijo que te vio algo… extraño
- Kazuki… quiero que él se vaya
- Jin, ya hablamos de eso. Quise cuidarlo y lo haré hasta el final
- ¿qué ocurre si es… peligroso tenerlo? – dije sentándome en la cama –
- No creo que él sea peligroso.
- Y sí lo fuera!
- Jin, debes dejar de temer, lo que ocurrió ya es parte del pasado, si él está aquí es porque así debe ser y nosotros debemos ayudarlo.
- No me has contestado… ¿qué pasaría si es peligroso que esté aquí?!
- Si eso pasa – dijo otra voz adentrándose a la habitación – negaré que me conocen.
Byou estaba frente a nosotros, bajo el marco de la puerta
- Byou…
- Lamento haber escuchado… pero si llegara a pasar algo, ustedes no tendrán ningún problema.
- Hay un futón abajo, ¿qué les haría pensar que no te ayudamos?
- Sí estaba escabullido aquí, cuando ustedes no estaban yo me instalé. Digamos que el garaje es un lugar prohibido para ustedes.
Kazuki miraba con algo de tristeza a Byou, estaba apenado de que él cargará con todo solo.
- Kazuki – dijo Byou acercándose a él – Yo soy el único responsable de lo que me pase. Yo – menciono poniendo su mano derecha en el mentón de Kazuki – te agradesco lo que haces y que te preocupes, pero no dejaré que salgas herido.
Me enfurecía, Kazuki se veía tan indefenso ante la caricia de Byou. No odiaba a mi hermano por dejarlo acercarse a él, pero odiaba a Byou por ser tan estúpidamente poco discreto para buscar la forma de tener tan cerca a Kazuki.
Intenté no mirarlos, pero me era imposible. Me levanté de la cama y salí del cuarto.
- Hey! – escuchaba su voz gritarme – Hey! detente!!
- ¿Qué quieres? – dije con un tono agresivo volteándome a verlo –
- Quiero saber qué te pasa… todo el tiempo me evitas
- ¿evitarte? No eres tan importante como para hacer eso
- ¿En serio? Desde aquel día que estuvimos tan cerca, ya ni siquiera me insultas
- No lo había notado – dije mirando el piso – además… no recuerdo que ocurrió
- No me mienta de esa forma
- No te estoy mintiendo
- Entonces mírame a la cara cuando lo digas
En ese instante él estaba bastante cerca de mí y levantó mi cara con su mano izquierda. Me quedé paralizado viendo a los ojos
- Vamos, repite ahora lo que dijiste.
- ¿tanto te importa?
- ¿Eh? – dijo sorprendido –
- Qué importa si es cierto o no… es mejor para ti que no te insulte… ¿no lo crees?. Ahora… déjame en paz
Después de decir esto último saqué su mano con brusquedad y le di la espalda. De alguna manera… me sentía vulnerable cerca de él… y ya no quería eso.
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