Voy caminando solo, como cada día, y al tropezar en mi camino miro el cielo, gruño y maldigo, escupo todos mis anhelos y me enfado por mi torpeza, comienzo a escandalizarme por injusticias y pienso que ni si quiera una sombra me regala un poco de su cariño.
Hasta que llego a tan inmenso sitio, repleto de personas como yo. Sus miradas están perdidas en la rutina, y sólo se atreven a cambiar su ropa de color. Desvío la mirada y me hallo con quienes creo que son los únicos que me quieren, esos cachorros que me miran como alguien especial, alguien que vale la pena mirar, pero al pasar un rato éstos se alejan si no reciben algo que comer. En un rápido y fuerte movimiento, llevo mi mano contra una pared y pienso que sentir dolor, es al menos, mejor que sentir nada; después de todo no creo que alguien se de cuenta de mi piel herida. Esta piel que tarde o temprano se curará sola.
Me siento a revisar una vida incompleta. Es un momento de autocastigo en que puedes ser sincero contigo y te planteas que la vida elije a perfectos y mansos lobos para la complacencia de esquimales dichosos. “No quiero ser un lobo manso”, me reitero varias veces, creyéndome un salvaje animal lleno de fantasías sin cumplir.
De a poco me sumerjo en mis ideas, asegurándome de que mañana seré yo quién se ría de sus heridas y no se dejará aprisionar por lazos a un trineo.
De a poco me sumerjo en mis ideas, asegurándome de que mañana seré yo quién se ría de sus heridas y no se dejará aprisionar por lazos a un trineo.
Al levantarme, completamente sintonizado a mis objetivos, es cuando me doy cuenta que, por diferentes motivos, con frecuencia las personas se pierden a sí mismas, intentando aparentar una imagen que desgasta y agota; es también cuando me entero que pierden esa perspectiva que cada día se agranda un poco más. Un horizonte que al verlo, te pone frente a un mundo amplio que recopila todo lo que has aprendido.
De pronto pienso que mis objetivos son lo más fundamental en mi vida, pero ¿cuál es el más importante? ¿Cuál debería priorizar? Comienzo a moverme entre propósitos, cumpliendo uno a cada paso hasta creer hallar aquel más importante, pero me pregunto en cada cual "¿ésta es mi verdadera intención?", esa que te completa, te llena, pero que no modifica, ni molesta; que al encontrarle crees que todo cobra sentido y tu mente se empieza a aclarar cada vez más, definiendo un camino en particular.
Pasan las horas y con ello el sol comienza a esconderse de las vistas. Así, a arrastras me incorporo en una lúgubre habitación, dónde perezosamente emprendo a abandonar mi cuerpo mientras éste se halla sostenido por una cómoda cama. Es allí donde comienzo a sentirme libre y todos los pesos me abandonan.
Un brillo matutino se posa sobre mi rostro y comienzo a conocer una nueva perspectiva. Mi mente se llena de nuevas ideas y de nuevas experiencias que me obligan a dudar de lo que hago y lo que había decidido para mi vida, pero con el tiempo me doy cuenta que estoy en el camino correcto y sigo adelante.

FuLl MoViEs
MoViEs To mOvIeS
XXX +24 <
コメントを投稿