Por años había sido “censurado”, encadenado a la absoluta imposibilidad de comunicarme. Amarrado al impedimento de caminar, de hablar, de poder observar la luz del día. Era tan frustrante. Ahora, por fin se ha desvanecido aquello. Frente a él, al único con el cual pude saltar los límites que me habían impuesto. Había podido indagar en su mente cuando dormía, sin saber porqué pero, lo había podido hacer.
Sinceramente, no cabía en mi cabeza que aquel chico me mirara como si nada extraño ocurriese, es decir, si yo estuviera en su lugar estaría, probablemente, asustado de que alguien se comunicara conmigo dentro de lo que sólo suelen ser fantasías y, además, que me pudiera hablar por medio del reflejo de una mera muñeca frente al espejo.
Podía notar cuan fijo me miraba, parecía tener algunas dudas. Y para que me ayudara, quizás lo único que yo podía hacer era responder sus preguntas.
- Vamos, dime que más deseas saber –mencioné con seriedad frente al chico. Él se acercó un poco y puso su mano sobre el espejo. Me sorprendió en lo más absoluto esa acción. Estaba cabizbajo mirando su propia mano. De pronto, levantó la mirada y vio directo a mis ojos.
- ¿Por qué… porqué soñaba que te besaba, que… estabas cerca mío… queriéndome? – cuestionó con un ligero tono de tristeza. Mentiría si dijera que no me causó gran asombro lo que él decía.
- En años, eres el primero con quien puedo comunicarme, desde que pusiste un pie en esta casa he logrado sentirte, incluso pude verte, oírte, tocarte. De alguna forma, sentí un lazo especial entre tú y yo – dije con algo de nerviosismo – Tú… tú me devolviste la vida Kyo –acoté ubicando mi mano frente a la de él, donde lo único que parecía separarnos era aquel vidrio.
- ¿cómo esperas que te ayude? –mencionó el contrario, algo cabizbajo mientras retiraba su mano de sobre el espejo –
- Esa muñeca –dije apuntando al objeto en cuestión – debes quemarla –susurré por lo bajo, a lo que el rostro de Kyo se mostraba sorprendido a mirarme.
- ¿Qué pasara contigo? ¿Qué ocurrirá si la quemo? –preguntaba algo apresurado. Tengo la impresión de que él sabía bien que ocurriría cuando el hiciera lo que le pedía.
- Kyo, he estado atrapado por mucho tiempo, más de lo que te imaginas, no soy parte de este lugar. Me privaron de vivir. Y lo hicieron por ser alguien diferente.
- ¿Sólo te irás y nada más? ¿Qué es lo que te sentenció a esto Hizaki?
- No soy de tu mundo. En mi tiempo, cualquier anormalidad era considerada algo inaceptable. Probablemente, me creyeron una especie de ser demoniaco. No sé porqué pero, siempre fui capaz de conectarme con los sueños de las personas, podía modificarlos a mi favor. Me aproveché de eso, hice una fortuna. Conseguí todo lo que quise. Hasta que pronuncié esto a la persona equivocada.
- ¿Te traicionaron? –consultó atento. Yo sólo asentí.
- Así fue. Él… era todo para mí pero, su deber siempre fue sólo espiar de dónde había salido mi éxito.
- ¿Yuki? –agregó entre dientes Kyo. Yo sonreí al no tener que pronunciar su nombre – Pensé que él…
- Yo también lo creí. Sin embargo, lo único bueno que hizo por mí, fue tratar de hacerme creer, hasta el final, que me amaba. Esa carta donde me pedía que me fuera... sé que con el tiempo él sintió algo de afecto y no quería que me pasara algo tan malo pero, yo me había dado cuenta de lo que pasaba y estaba a punto de pasar gracias a eso. Era imposible que alguien se enterara de lo que él llamó ser mi “don”, a no ser que él lo contara.
- Pudo quedarse en silencio.
- No –dije negando con la cabeza – Él sólo era alguien que cumplía órdenes, tenía que dar respuestas tarde o temprano. Y, cuando declaró eso, las personas se dieron cuenta que, por lo general, tenían sueños conmigo. Sueños donde me revelaban ciertas cosas. ¿Coincidencia? Ellos le creyeron e hicieron algo contra lo que pasaba. Me encerraron aquí. Decían que no bastaba con que muriera y, según ellos, debía pagar de una forma igual de ajena a la naturaleza de dios. Sabiendo que algo malo ocurriría, sólo atiné a deja una foto muy bien doblada en un cuadro antiguo, si alguien la encontraba quizás podría ayudarme frente a lo que fuera que ocurriera. –acabé por decir esto y me di cuenta que Kyo parecía muy concentrado en cada una de mis palabras. Pensaba en que, habría sido maravilloso conocerlo en el momento adecuado. La conexión que tenía con él, era única.
- Y cuando destruya esta muñeca ¿ya no volveré a verte? – preguntó bajando la mirada –
- Así es, no volveré a molestarte. – le aseguré, sintiendo una especie de punzada en el pecho. Suena absurdo que sintiera eso pero, lo llevaba viendo por mucho tiempo. Había sido capaz de apreciar sus sueños y, pude notar de esa forma que, era la persona que siempre había soñado conocer.
- Yo creí que si encontraba las respuestas, podría ser capaz de volver esos sueños reales –mencionó de pronto, dejándome algo sorprendido – Casi nada capta mi interés realmente, aún así… tú tuviste toda mi atención, desde que empezaste a…
- ¿A meterme en tu cabeza cuando dormías? –Interrumpí con una leve sonrisa – Sigo siendo un extraño ser que se mete en la mente de otros para su beneficio ¿no lo crees?
- Y eso qué importa –dijo mirándome fijo – qué importa si eso es parte de ti.
- Aun así, no hay nada más que hacer Kyo. He estado solo y lo seguiré estando por más años si sigo así.
- Yo estaré aquí, contigo – acotaba susurrando – estaré aquí…
- Eso sería fabuloso pero, mediante un espejo. Vamos Kyo, creo que independiente de la época, eso sería muy extraño. Relacionarse con un reflejo –dije entre risas- No hay manera Kyo.
- Está bien. Lo solucionaré… solucionaré todo esto para ti –acabó por decir y salió del sitio. Se retiró de la casa dejándome allí, sin entender completamente aquel acto tan poco discreto.
FuLl MoViEs
MoViEs To mOvIeS
XXX +24 <
コメントを投稿