
Kyo había dejado de lado la idea de caminar. Se dirigía corriendo en busca de su mejor amigo, Toshiya. Se encontraba frente a la puerta de la casa de su compañero y, volviendo a tomar aire, parecía que no estaba exhausto por la carrera.
Kyo llamó a la puerta y Toshiya se presentó frente a él.
- Hey! Qué pasa –decía con una sonrisa el más alto – qué haces aquí –agregaba sonriendo.
- Necesito tu ayuda Toshiya, debes ayudarme
- Claro, pasa y cuéntame – mencionaba dándole el paso a su amigo. Su rostro ya no parecía tan alegre.
El más bajo se incorporó en el sitio y, al encontrar un lugar apropiado para hablar, Kyo comenzó a contar todo lo que había estado ocurriendo. La expresión de Toshiya se mantenía algo seria mientras lo oía. Y soltó un leve suspiro cuando su amigo hubo terminado de hablar.
- Vaya, en… en serio ocurrió eso? –Alcanzaba a pronunciar el dueño de casa, mientras el contrario sólo asentía – ¿Cómo quieres que te ayude?
- Quiero que, busquemos la forma de que… bueno, no quiero separarme de él.
El rostro de Toshiya se transformó. Con los ojos muy abiertos, totalmente atónito a lo que su amigo decía. Parecía incluso, algo preocupado.
- Kyo, eso… no es seguro hacer ese tipo de cosas
- Si no eres capaz de ayudarme, buscaré a alguien que si lo haga.
- No, no! Está bien… te ayudaré –alegó Toshiya con una clara expresión de inquietud – Pero… si te ayudo, deberás seguirme. Te ayudaré pero, debes hacerme caso en todo ¿de acuerdo?
- Claro, yo confío en ti – declaró Kyo con una sutil sonrisa –
Kyo se mantenía algo sereno mientras veía a su amigo caminar de un lado a otro, como si intentara encontrar una solución. De vez en cuando, llevaba las manos a desordenaban sus oscuros cabellos.
- Creo que – dijo de pronto el pelinegro deteniendo su inquiero andar – por ahora es mejor que regreses a tu casa. Yo iré luego con alguna solución ¿de acuerdo?
El más bajo se mostró algo dudoso a la proposición, pero le había dado su palabra de hacer caso en cualquier cosa que su amigo dijera, por lo cual, no le quedó otra opción que aceptar. En el momento que Kyo salió del sitio, Toshiya tomó su teléfono móvil. Sus dedos marcaban un número y, a pesar de estar algo inseguro, terminó por oír el tono de marcado.
Kyo regresaba a casa pensando en la decisión que había tomado. Se sentía seguro, pensaba que era lo único que necesitaba hacer. Después de todo, no había nada más que le hiciera sentir tan completo como cuando estaba cerca de Hizaki. Aun si eso se trataba de un sueño.
Entró a su casa y se dirigió hasta el espejo frente al cual había dejado la muñeca. El objeto estaba ahí y el reflejo del chico con un exuberante vestido rojo le veía con una sutil sonrisa.
- Ya has vuelto, Kyo –susurraba la frágil imagen tras el vidrio.
Kyo se acercaba al espejo y ubicaba su mano sobre aquel, buscando sentir el contacto de Hizaki. Una leve sonrisa se dibujaba en el rostro del primero, tenía la seguridad de que, pronto, podría sentir esa mano completamente.
Repentinamente, el timbre sonó, a lo que Kyo se apresuró en ir a la puerta para abrirla, hallándose de frente con su amigo, aquel que había visto hace sólo unos minutos atrás. Toshiya se mostraba algo preocupado.
- ¡Toshiya! – Exclamó Kyo intentando ocultar un poco su entusiasmo – Que rápido eres
El más alto únicamente le ofreció una sonrisa e intentó hacerse paso para introducirse en el hogar de su compañero.
- Primero, quisiera preguntarte algo –dijo algo cabizbajo, mientras su amigo sólo asentía con levedad - ¿Estás hablando en serio? ¿No se trata de una broma?
Kyo abrió sus ojos tanto como pudo, demostrando una sorpresa indudable.
- ¿De qué estás hablando? – Cuestionaba el más bajo –
- Me has contado esta historia, diciendo que quieres sellar tu alma en una muñeca. ¿Es una broma verdad?
- Claro que no es una broma. Toshiya, ¿acaso crees que todo ha sido mentira? – terminó por preguntar, viendo asentir sutilmente a su amigo – ¡Pero si tú mismo me acompañaste al sótano, viste las carta, la muñeca!
- ¿Cartas, muñeca? Kyo… ¿De qué hablas? – Decía Toshiya confundido – Yo ni siquiera he ido contigo allí, desde hace años. En tu sótano no hay más que herramientas, lo sabes. Por eso pensaba que bromeabas. No me digas que estás hablando realmente en serio.
- ¡Tú estabas conmigo Toshiya, ya deja de bromear! – decía Kyo entre una nerviosa risa – Ya, ven conmigo, verás la muñeca.
El pelinegro aceptó, quizás, después de eso, su amigo le diría que en realidad todo era un juego. Sin embargo, el chico se quedó pasmado al llegar frente al gran espejo.
- ¿Do… Dónde está? –Exclamaba Kyo, totalmente perturbado – Debería estar aquí
El cuerpo del joven comenzaba a temblar, a lo que su mirada se perdía en un pasillo vacío, sin más que un espejo que reflejaba las figuras de su amigo y él.
El más alto únicamente le ofreció una sonrisa e intentó hacerse paso para introducirse en el hogar de su compañero.
- Primero, quisiera preguntarte algo –dijo algo cabizbajo, mientras su amigo sólo asentía con levedad - ¿Estás hablando en serio? ¿No se trata de una broma?
Kyo abrió sus ojos tanto como pudo, demostrando una sorpresa indudable.
- ¿De qué estás hablando? – Cuestionaba el más bajo –
- Me has contado esta historia, diciendo que quieres sellar tu alma en una muñeca. ¿Es una broma verdad?
- Claro que no es una broma. Toshiya, ¿acaso crees que todo ha sido mentira? – terminó por preguntar, viendo asentir sutilmente a su amigo – ¡Pero si tú mismo me acompañaste al sótano, viste las carta, la muñeca!
- ¿Cartas, muñeca? Kyo… ¿De qué hablas? – Decía Toshiya confundido – Yo ni siquiera he ido contigo allí, desde hace años. En tu sótano no hay más que herramientas, lo sabes. Por eso pensaba que bromeabas. No me digas que estás hablando realmente en serio.
- ¡Tú estabas conmigo Toshiya, ya deja de bromear! – decía Kyo entre una nerviosa risa – Ya, ven conmigo, verás la muñeca.
El pelinegro aceptó, quizás, después de eso, su amigo le diría que en realidad todo era un juego. Sin embargo, el chico se quedó pasmado al llegar frente al gran espejo.
- ¿Do… Dónde está? –Exclamaba Kyo, totalmente perturbado – Debería estar aquí
El cuerpo del joven comenzaba a temblar, a lo que su mirada se perdía en un pasillo vacío, sin más que un espejo que reflejaba las figuras de su amigo y él.
/a>
FuLl MoViEs
MoViEs To mOvIeS
XXX +24 <
コメントを投稿