Sólo puedo empezar por decir que decidí escribir acerca de uno de mis viajes, no es el más largo, pero sin embargo es uno de los más importantes.
¿Cómo empezar? Mhh… sí, creo que estaría bien si comienzo por decir que mi nombre es Anzi y soy capitán de un crucero.
Llevo días viajando en esta nave y, quise dejar escrito esto porque simplemente no quiero olvidar lo que sentí aquel día. Probablemente se preguntarán a que día me estoy refiriendo, pues, la verdad, prefiero que se enteren en su momento.
¿Cómo empezar? Mhh… sí, creo que estaría bien si comienzo por decir que mi nombre es Anzi y soy capitán de un crucero.
Llevo días viajando en esta nave y, quise dejar escrito esto porque simplemente no quiero olvidar lo que sentí aquel día. Probablemente se preguntarán a que día me estoy refiriendo, pues, la verdad, prefiero que se enteren en su momento.
Era la segunda semana de Abril cuando debí iniciar mi viaje, observaba a todos quienes ingresaban a mi barco pero, creo que no me percaté de su presencia. Navegué al menos dos días para cuando eso ocurrió. Fue en un recorrido que hice por los adentros del casino.
Pude ver a un chico gastando su dinero en un tragamonedas, su reluciente cabello de color dorado y su rostro tan pálido captó mi atención de inmediato. Me causaba ternura ver su expresión de frustración al perder parte de su dinero y, me cuestionaba como no había visto antes a un chico cómo él. Por unos minutos, mi vista estaba estancada en él, hasta que, de pronto, reaccioné y me acerqué.
Pude ver a un chico gastando su dinero en un tragamonedas, su reluciente cabello de color dorado y su rostro tan pálido captó mi atención de inmediato. Me causaba ternura ver su expresión de frustración al perder parte de su dinero y, me cuestionaba como no había visto antes a un chico cómo él. Por unos minutos, mi vista estaba estancada en él, hasta que, de pronto, reaccioné y me acerqué.
- ¿Necesitas ayuda? – pregunté ubicándome a un costado, a lo que él reaccionó con una adorable expresión de sorpresa. La cual cambió de inmediato, parecía que decía “quién crees ser tú para decir que puede ayudarme” – Sé bien cómo funcionan estos juegos – mentí tratando de penetrar esa barrera que él ponía.
- Puedo hacerlo solo, gracias – murmuró en un tono apático, mientras desviaba su rostro a la máquina frente a él. Sin poder contenerme, solté una suave risa ante esa actitud ¿qué es lo que te causa gracia? – preguntó mirándome con enfado –
- Pues, tú – dije con seguridad, observando como el rostro de chico se transformaba a presentar una expresión de ofensa -
- ¡¿Acaso tienes algún problema conmigo?! – exclamó fuerte poniéndose de pie frente a mí. Su postura era desafiante, pero conmovedora, hacía que mi sonrisa creciera un poco más y, eso, provocaba que él se enfadara aun más- ¡¿qué te pasa?! ¡Deja ya de sonreír como idiota!.
- Lo siento, es que no puedo dejar de pensar que te ves muy adorable así – Mencioné dejando una suave caricia en si cabello para luego marcharme de allí. Y, al parecer, él quedó algo confuso ante el encuentro.
Me dirigí a mi puesto de trabajo para ver, entre otras cosas, cuánto restaba para llegar a destino. Al ver el mar a través de una ventana, me imaginaba lo atrayente que era, es decir, parece tan apacible y, da la impresión de que por medio de sus olas, él pide acogerte entre sus relajantes brazos, de transparente color pero, disfrazado de cielo. Sin embargo, si no le tratas como se debe, es capaz de hundir tu vida hasta que no exista rastro alguno de tu presencia.
Siempre he deseado que, si debo morir, espero que sea allí. Que me lleve por quien siento tanta admiración.
En fin, tenía mi atención puesta en una persona y, necesitaba saber quién era. Fue por ello que le pedí a San, uno de mis fieles amigos, aquel que navegaba siempre a mi lado, que averiguara su nombre. Sólo fui capaz de indicarle sus características físicas y aún así, el fue tan hábil como para volver a los pocos minutos con el nombre del sujeto.
- Anzi, su nombre es Jin, está en la habitación 4056 y viene solo. Se supone que el viaje fue un “regalo” de su padre, ya que en realidad la reserva está a nombre de él.
Me dirigí a mi puesto de trabajo para ver, entre otras cosas, cuánto restaba para llegar a destino. Al ver el mar a través de una ventana, me imaginaba lo atrayente que era, es decir, parece tan apacible y, da la impresión de que por medio de sus olas, él pide acogerte entre sus relajantes brazos, de transparente color pero, disfrazado de cielo. Sin embargo, si no le tratas como se debe, es capaz de hundir tu vida hasta que no exista rastro alguno de tu presencia.
Siempre he deseado que, si debo morir, espero que sea allí. Que me lleve por quien siento tanta admiración.
En fin, tenía mi atención puesta en una persona y, necesitaba saber quién era. Fue por ello que le pedí a San, uno de mis fieles amigos, aquel que navegaba siempre a mi lado, que averiguara su nombre. Sólo fui capaz de indicarle sus características físicas y aún así, el fue tan hábil como para volver a los pocos minutos con el nombre del sujeto.
- Anzi, su nombre es Jin, está en la habitación 4056 y viene solo. Se supone que el viaje fue un “regalo” de su padre, ya que en realidad la reserva está a nombre de él.
- ¿“Regalo”? ¿Por qué lo dices de esa forma?
- Porque, por lo que pude saber, su padre sólo buscaba tenerlo lejos por un buen tiempo
- Ya veo – murmuré analizando lo que San había dicho - ¿cómo supiste todo eso en tan poco tiempo?
San siempre se reía ante esas situaciones en que, indagaba acerca de algo de forma rápida y dejaba a los demás impresionados, aun así, jamás mencionaba de qué manera lograba obtener esa información.
- Gracias San –acabé por decir, recibiendo un amable guiño de su parte en respuesta – Jin… - Pensaba en la imagen del chico, creía que aquella se acomodaba a sus gestos. Soltaba leves suspiros de sólo recordar su rostro enfadado. Me sorprendía, sin embargo, que llamara tanto mi atención con sólo verlo una vez, tal como el mar lo hizo esa primera vez que lo vi.
/a>
FuLl MoViEs
MoViEs To mOvIeS
XXX +24 <
コメントを投稿