La verdad, es que nunca he sido muy pesimista, aunque existas algunas cosas que me lastimen, si veo una oportunidad, la tomó. Y creo que aquella, fue una de esas ocasiones.
Estaba a un lado de Jin, construyendo alguna frase en mi cabeza para retomar la conversación.
- Vaya, ósea que tienen problemas, lo lamento – fingía decir con lástima -
- Sí, un… un poco – asentía algo deprimido -
- Mi nombre es Anzi – dije con mi mano abierta ante él - ¿Cuál es tu nombre?
- Jin – declaró dejando al descubierto la capacidad de San para investigar y entregar un informe sin errores -
- ¿Y cómo se llama tu novia, Jin?
- Yato, su nombre es Yato
- Ella debe ser muy linda ¿no?
- Sí, la verdad es que si lo es pero, a veces no sé… no sé si la quiera de esa manera – confesó algo afligido -
- Entonces… ¿por qué la trajiste contigo?
- Supongo que a veces quiero tenerla cerca
- ¿Te da miedo estar solo? – Pregunté alzando una ceja -
- ¡Claro que no! ¡No es eso! – exclamó fuerte a lo que sus mejillas se sonrojaban de a poco. Y ese rostro de enfado, nuevamente me parecía adorable – no me da miedo – repuso cabizbajo. Parecía que al decir eso, recordara algo sumamente triste. Sus ojos parecían que fueran a liberar algunas lágrimas. ¿Qué es por lo que has pasado pequeño? ¿Por qué te da tanto temor estar solo? Me preguntaba pensando en que sería capaz de darle toda esa seguridad que alguna vez le arrebataron - ¿Y qué hay de ti? ¿Viajas con alguien especial?
- Si te refieres a una pareja, pues no, la verdad es que no. Viajo demasiado, como para estar con alguien. Aunque, en este viaje, alguien llamó mucho mi atención, el problema es que parece ser una persona comprometida
- Oh, eso es un problema
- Sí, lo es. Pero no parecen ser una pareja estable y feliz
- ¿Y qué esperas entonces para ir por ella?
Estaba a un lado de Jin, construyendo alguna frase en mi cabeza para retomar la conversación.
- Vaya, ósea que tienen problemas, lo lamento – fingía decir con lástima -
- Sí, un… un poco – asentía algo deprimido -
- Mi nombre es Anzi – dije con mi mano abierta ante él - ¿Cuál es tu nombre?
- Jin – declaró dejando al descubierto la capacidad de San para investigar y entregar un informe sin errores -
- ¿Y cómo se llama tu novia, Jin?
- Yato, su nombre es Yato
- Ella debe ser muy linda ¿no?
- Sí, la verdad es que si lo es pero, a veces no sé… no sé si la quiera de esa manera – confesó algo afligido -
- Entonces… ¿por qué la trajiste contigo?
- Supongo que a veces quiero tenerla cerca
- ¿Te da miedo estar solo? – Pregunté alzando una ceja -
- ¡Claro que no! ¡No es eso! – exclamó fuerte a lo que sus mejillas se sonrojaban de a poco. Y ese rostro de enfado, nuevamente me parecía adorable – no me da miedo – repuso cabizbajo. Parecía que al decir eso, recordara algo sumamente triste. Sus ojos parecían que fueran a liberar algunas lágrimas. ¿Qué es por lo que has pasado pequeño? ¿Por qué te da tanto temor estar solo? Me preguntaba pensando en que sería capaz de darle toda esa seguridad que alguna vez le arrebataron - ¿Y qué hay de ti? ¿Viajas con alguien especial?
- Si te refieres a una pareja, pues no, la verdad es que no. Viajo demasiado, como para estar con alguien. Aunque, en este viaje, alguien llamó mucho mi atención, el problema es que parece ser una persona comprometida
- Oh, eso es un problema
- Sí, lo es. Pero no parecen ser una pareja estable y feliz
- ¿Y qué esperas entonces para ir por ella?
El hecho de que Jin se refiriera a esa persona como “ella” me causaba risa, es decir, viéndolo desde el punto en que se trataba de él mismo, en realidad.
- Quizás lo haga… sí, quizás vaya a por esa persona. – Mencioné con una leve sonrisa – Bueno Jin, ha sido un placer conocerte y hablar contigo. Espero que se repita dentro de los días que estaremos dentro de este crucero ¿te parece? – Terminé por decirle al chico antes de recibir una respuesta positiva de su parte, expresada por el movimiento de su cabeza. Finalmente me despedí de él y fui en busca de San, me preocupada un poco el estado de mi amigo.
Tras algunos minutos buscándolo, lo encontré en un punto de observación, con los brazos cruzados sobre el balcón. Pude darme cuenta de la tristeza que reflejaba. Me ubiqué a su lado y, a pesar de que San había notado mi presencia, él no me miró.
Tras algunos minutos buscándolo, lo encontré en un punto de observación, con los brazos cruzados sobre el balcón. Pude darme cuenta de la tristeza que reflejaba. Me ubiqué a su lado y, a pesar de que San había notado mi presencia, él no me miró.
- ¿Cómo estás? –pregunté algo inseguro ante la postura indiferente de mi amigo –
- Mh, bien – contestó el peliazul mirando fijo el mar –
- ¿Seguro? ¿De verdad estás bien? – consulté totalmente incrédulo a su respuesta –
- ¿Por qué es así Anzi? ¿Acaso no somos suficientes para él? – Expresó con la voz entrecortada, denotando el desconsuelo que se alojaba en su interior –
- No lo tomes así San, Yuuki siempre ha sido más ambicioso con sus metas, lo sabes
- Pero… - Sólo alcanzó a murmurar cabizbajo y se quedó sin palabras. Yo atiné a abrazarlo y sentí como mi hombro comenzaba a humedecerse. De pronto, oí , entre sollozos, las palabras restantes de San – Pero… yo lo amo – susurró entre un indudable llanto – No quiero que se vaya.
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- ¿Por qué es así Anzi? ¿Acaso no somos suficientes para él? – Expresó con la voz entrecortada, denotando el desconsuelo que se alojaba en su interior –
- No lo tomes así San, Yuuki siempre ha sido más ambicioso con sus metas, lo sabes
- Pero… - Sólo alcanzó a murmurar cabizbajo y se quedó sin palabras. Yo atiné a abrazarlo y sentí como mi hombro comenzaba a humedecerse. De pronto, oí , entre sollozos, las palabras restantes de San – Pero… yo lo amo – susurró entre un indudable llanto – No quiero que se vaya.
FuLl MoViEs
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