
Placer inigualable, era un tanto incomprensible creer que el solo oírle me provocara tanta efervescencia.
Estaba allí parado frente a quien me estaba volviendo loco al pensar que solo era parte de mi imaginación.
- ¿cómo entraste aquí?
- Por… la puerta…
- ¿tienes llave?, ¿eres algún sirviente?
Lo último era completamente improbable, ya que su vestimenta no era la de un asistente, vestía como un noble al igual que nosotros.
- Siempre he estado aquí… Sono-sama
- Eh?, ¿cómo sabes mi nombre? – pregunté impresionado –
- Dije que siempre he estado aquí, he oído como le llaman
- Ah... hace un rato, temprano… te vi aquí tocando, dejé de verte por un instante y ya no estabas… ¿por qué?
- No me gusta que otros me vean aquí – decía sentándose cerca del piano –
- ¿por qué?, ¿Acaso… no sirves aquí?
- Pregunta mucho… Sono-sama. Pero le responderé; no, no sirvo aquí y no me gusta que vean otras personas porque se irían
- ¿se irían?
- Sí, la verdad estoy aburrido de estar solo y seguramente se irían de aquí si me hubiesen visto – decía mientras comenzaba a tocar el piano –
- No entiendo…
- No te preocupes, lo entenderás… pero… solo un favor, no le digas a nadie que me ves aquí – se levanta – será nuestro secreto… Sono-sama
Estaba frente a él, no puedo explicar los nervios que me producía verlo a los ojos, mi corazón latía con fuerza frente a su belleza.
- ¿por qué siempre tocas algo tan triste? – pregunté aun nervioso –
- ¿triste? No lo sé, no he tenido motivos para tocar algo alegre – respondió dándome la espalda –
- Ah comprendo – dije cabizbajo –
- Pero… quizás hayan cosas nuevas que puedan alegrarme… no lo crees – me dijo, volviéndose a verme con una insinuante mirada –
- Ah... bueno… eso creo
Comenzaba a sonrojarme ante sus coquetas miradas y por supuesto, él lo notaba…
- Estás sonrojado, ¿te sientes bien? – mencionó acercándose a mí –
- Es… estoy bien – respondí bajando la cabeza –
- ¿Seguro? – cuestionó poniendo su mano en mi mejilla – estás muy cálido
La verdad sentía mi cuerpo un tanto débil, pero no quería que él se diera cuenta. Puso su frente apegada a la mía, ello me sorprendió y provoco que me ruborizara más de lo que esperaba.
- Tienes fiebre – dijo con un tono de preocupación –
- Eh?
No sé qué me pasó, sí fue por sentirlo tan cerca, por su voz, su mirada o su respiración, quizás simplemente fue por aquella fiebre que él decía, pero me vi dentro de una inmensa nube incolora, hundiéndome en una sensación de inestabilidad incomparable, hasta que ya no tuve conciencia de nada. “¿Aun estás aquí?”, me preguntaba en un sueño profundo sin imagen aparente, yo… realmente lo sentía cerca.
FuLl MoViEs
MoViEs To mOvIeS
XXX +24 <
コメントを投稿