Vi sus ojos llenos de lágrimas, jamás hubiese querido eso, pero las cosas se dieron así, decirle “adiós” fue algo difícil, después de todo él si me gustaba y fue quien me acogió mejor. Me sentía culpable… de llevarme a su hermano de su lado.
Jin y yo nos fuimos de ahí, yo sabía que en poco tiempo los hombres que me buscaba llegarían de nuevo allí, revisar por segunda vez era una de sus actitudes. Solo esperaba haberle dado el tiempo suficiente a Kazuki para ordenar todo.
Caminábamos sobre el paisaje blanco de la nieve, si querer avanzaba algo alejado de Jin.
- Byou…
- ¿Huh? – dije volteándome – oh Jin – mencioné al ver que iba mucho más atrás que yo –
- Está bien, si tanto quieres que no te acompañe
- No, no quiero eso – dije acercándome a él – Jin, lo siento estoy acostumbrado a andar solo – dije tomando su mano – lo lamento.
- No te preocupes…
Después de un rato caminando con Jin, dirigí mi mirada hacía él, me sorprendía que decidiera caminar junto a mí, pero en ese instante pude ver sus mejillas muy rojas, así que me detuve.
- ¿qué pasa Byou?
- Quiero ver algo – respondí poniendo mi mano en su frente – Demonios Jin estás ardiendo ¿por qué no me dices que te sientes mal?
- No quiero retrasarte
- No pienses en eso!
No me daba cuenta de cuanto subía mi volumen al retar a Jin, pero realmente me enfadaba que se mantuviera en silencio aun sintiéndose mal. De pronto me detuve a verlo y su rostro se mostraba triste y sorprendido.
- Oh lo siento Jin – dije abrazándolo – es que… no quiero que algo malo te ocurra.
- Te entiendo… perdón.
Aun se mostraba triste y simplemente lo besé, me miró sorprendido.
- Busquemos un lugar para descansar ¿si?
- Claro – respondió con esa linda sonrisa –
Tratamos de caminar un poco más, pero sin duda Jin no estaba acostumbrado a estar en la intemperie fría tanto tiempo y su paso era cada vez más lento, por lo que me detuve y me incliné dándole la espalda.
- Sube
- ¿Huh?
- Sube a mi espalda, te llevaré
- Byou no tienes que…
- Sí, si tengo que hacerlo – interrumpí – vamos sube
Sentí su cuerpo sobre el mío, fue agradable percibir que él dependía de mi fuerza, la verdad pensaba que siempre sería así, es decir, no lo dejaría solo jamás y podría contar conmigo siempre que lo necesitara… siempre.
Después de bastante camino recorrido, pudimos encontrar una especie de hostal, nos refugiamos allí, en una pieza con solo una cama, no muy amplia, pero no necesitábamos algo ostentoso; puse a Jin en la cama, lucía terrible… estaba pálido, pero con las mejillas rojas, transpiraba y sus manos estaban heladas. De inmediato fui en busca de algunas medicinas a la recepción, cuando volví retiré ropa innecesaria del cuerpo de Jin y lo cubrí con la sábana de la cama, leí los envases de las medicinas y le di la que creía más correcta.
- Byou… - apenas podía hablar –
- Jin, duerme… debes mejorar
- Soy solo un retraso
- Demonios Jin no pienses en eso ahora, lo importante es que tú estés bien. En realidad no me interesa cuanto nos retrasemos, solo quiero tenerte bien conmigo – dije entregándole una amable sonrisa – descansa ¿si?
Él solo asintió con la cabeza y cerró sus ojos con lentitud, me quedé a su lado toda la tarde y noche, acariciando su rostro y viéndolo dormir… eso era impagable, poder verle tan tranquilo, nada se comparaba con ello y realmente no me interesaba nada más que considerar que se pondría mejor antes de lo que pensara. Sin embargo, me costaba sacar de mi cabeza que pasaría sí nos hallaban, le haría un daño enorme si dejaba que algo me pasara y era lo que menos quería, de pronto sentí que su mano tomaba la mía y fue allí cuando mis dudas desaparecieron, “¿qué importa lo que pase?” pensé, si en realidad no sabemos cuanto tiempo permaneceremos vivos, tenía que aprovechar lo que estaba pasando, desde mi esposa… jamás había sentido algo tan grande como lo que estaba experimentando con Jin y no podía dejar caer eso solo por esas dudas estúpidas, ya era hora de dejar de pensar y simplemente… vivir.
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MoViEs To mOvIeS
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