No sabía cómo comenzar, me sentía como si fuera la primera vez que lo hacía y es que sinceramente lo era, es decir, es primera vez que lo hago con un hombre que ame… estaba nervioso, Jin se veía tan sumiso recostado bajo de mí, que temía hacer algo mal. Es por ello que me mantuve quieto antes de hacer algo.
- ¿No sabes cómo hacerlo? – preguntó burlesco –
- Cállate, lo sé – dije sonrojado y con el seño fruncido – es solo que…
- ¿qué? ¿te da miedo? – dijo riendo –
- Tal vez…
Al decir eso Jin se quedó sorprendido, no esperaba esa respuesta de mi parte, me quedé cabizbajo. Fue cuando su mano acarició mi rostro, comprendía bien de que tenía miedo.
- Hey Byou, mientras sea contigo… estaré bien. Solo… hazlo.
Yo sólo fui capaz de sonreírle y asentir con la cabeza. Llevé mis nerviosas manos a su camisa y comencé a desabrocharla, pude ver su pecho, puse mis manos en él y logré acariciar su tersa piel. Empecé a besarlo y mis manos se deslizaban hacía abajo, logré alcanzar a tocar solo el borde de su pantalón cuando él me detuvo. Me quedé pasmado y él sin decir nada solo me sacó la camiseta y me dejó seguir abrazando mi cuerpo. Lo besé de nuevo y nos quedamos largo rato haciéndolo, luego comencé bajar y me detuve un tiempo en su cuello, oía su respiración agitarse un poco y eso me encantaba; puse mis manos sobre las de él y Jin solo las apretaba mientras yo seguía bajando por su pecho, lamiendo y besándolo, solía detenerme en esos bultitos rosáceos y les daba pequeñas mordidas y allí era cuando podía oír leves gemidos de parte de Jin. Volví a arriba y me detuve mirando a Jin y con solo una mirada le indiqué lo que haría, él solo asintió con su cabeza y me besó. Así fue como decidí proseguir, me fui a su pantalón y se lo quité, me detuve un momento y me quedé sentado sobre sus piernas, lo veía solo con su ropa interior y solo pensaba en lo hermoso que era. Jin me miraba algo confuso, de pronto se sonrojó y se tapó la cara con sus manos.
- ¡¿Qué haces Byou?! ¡¿por qué me miras así?!
- Es que… dios… Jin – decía emocionado – cómo puede ser que seas tan perfecto
- ¡¿eh?! No molestes Byou – decía completamente ruborizado – deja de mirarme así
- ¿Tan ansioso estás porque siga? – dije con una expresión insinuante –
Jin estaba completamente nervioso, me causaba gracia que se perturbara de esa manera… era adorable. Repentinamente él se sentó y con una expresión completamente tierna de enojo puso sus manos en mi pantalón y me exigió retirarlo, que quedé algo atónito, pero luego reaccioné a su petición y le hice caso. Esta vez fue Jin quien se quedó mirando, luego solo sonrío y se dejó caer sobre la cama.
- ¿Por qué sonríes así?, ¿tanta pena da mi cuerpo?
- ¡No!, no es eso – dijo mirando a otro lado – es que…
- ¿es peor de lo que pensaste?
- ¡No! – dijo con una risa nerviosa – es que, también eres… perfecto.
Se notaba que Jin no estaba acostumbrado a decir este tipo de cosas, le costaba demasiado y cuando era capaz de hacerlo su cara se enrojecía. Ahora que lo pienso Jin se ruboriza muy a menudo por cosas muy simples, eso le hace aun más encantador.
Acariciaba con mi mano derecha y besaba todo el torso de Jin mientras ponía mi mano izquierda sobre la única prenda que él aun poseía y daba pequeños masajes. Oía gemidos reprimidos por parte de Jin y sólo una idea pasaba por mi cabeza, lograr que Jin no fuera capaz de guardarlos más. Retiré esa única ropa de él e inicié a masajear su extremidad lentamente, comenzando a acelerar el ritmo, vi como Jin apretaba las sabanas de la cama. Luego abrí un poco sus piernas, tomé sus manos y acerqué mi boca a mi objetivo, comencé a lamerlo y luego lo cubrí por completo con mi boca y empecé a ejecutar movimientos ascendentes y descendentes, no me detenía por ningún motivo, quería oírlo, así que aumentaba de a poco la velocidad. Hasta que finalmente oí un gemido más fuerte por parte de Jin. Saqué su miembro de mi boca y sentí como de mi boca salía aquel liquido blanco y espeso; lo tragué sin pensar más y Jin se quedó sorprendido mirándome, creo que no pensó que realmente lo haría. Sin embargo, esta vez quien estaba contenido era yo y él lo noto con solo mirar y únicamente dijo “hazlo”, así que me desprendí de mi ropa interior y antes de llevar mi miembro a aquella zona, empecé a “prepararlo” no quería que le doliera demasiado, finalmente estuve dentro de él y comenzó ese vaivén rítmico; ambos llenábamos la habitación de éxtasis, era algo inigualablemente sorprendente, me alocaba tenerlo así conmigo. Fue un desenlace envuelto en expresiones de placer de ambos. Nos quedamos un momento recostados y luego decidí levantarme para poder ducharme; al terminar vi a Jin aun recostado casi sin intención de levantarse.
- Hey! Ya ve a bañarte – dije con una toalla sujeta desde mi cintura –
- Para qué… - decía perezoso y ruborizado –
- Estas cubierto de sudor, te enfermaras ¿Acaso quieres que te lleve yo? – dije acercándome a él –
- ¡Claro que no! , déjame – respondió levantándose y yendo al baño –
“Sabía que eso funcionaría” pensé mientras me ponía algo para dormir. Me quedé largo rato mirando por la ventana, pensando en lo que debíamos hacer ahora, es decir, a dónde ir y cómo lo haríamos. Después de un rato oí la voz de Jin.
- Byou… ¿pasa algo?
- Jin… quiero que nos vayamos
- ¿Ahora?
- Sí, ósea… no hoy… mañana… lo que quiero decir es que – suspira – quiero que nos vayamos de Japón
Jin se quedó boquiabierto ante lo que yo exponía, entendía bien las consecuencias de eso.
- Lo sé, eso implica que no veas a Kazuki en mucho tiempo, no vovleremos…
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