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La diferencia entre ambos era notable, se diferenciaban tanto en sus maneras de actuar, de decir las cosas y por último… de tratarlo a él; Aoi, sin duda alguna no tenía intención de entregarle atención especial, solo si se trataba de regañarlo por algo mal hecho; pero por otro lado, K era completamente distinto, siempre pendiente de que Aoi no se sobrepasara retando a L y de ayudarle en lo que pudiera al menor. Un día mientras Aoi no estaba K le pidió a L pasar tiempo en su compañía, éste último claramente no se negaba ante tal solicitud, por lo que se quedaron ambos hablando en la biblioteca, ya que ese era el sitio que K más apreciaba, por su quietud.
- ¡Vaya! – decía emocionado L – cuantos libros
K le observaba sonriente mirar todos los estantes llenos de textos.
- Ven, siéntate un instante conmigo – decía K sentándose en una silla –
- Sí K-sama – respondió sentándose a su lado –
- ¿estás feliz aquí Myung Soo?
- Sí – afirmó asintiendo con su cabeza – pero, puede decirme L
- Lo sé – aseguró K – pero me gusta tu nombre original
- Ah ya veo
L se mostraba contento al percibir que había alguien en esa casa lo aceptaba por completo.
- Hey! Una vez leí sobre un postre coreano… Te… ¿toke?
De pronto L soltó una risa poco disimulada. K lo miraba ruborizado y sorprendido.
- Tteok, K-sama
- Oh eso – dijo cabizbajo – son como los dangos ¿no?
- ¿Dangos? – preguntó extrañado L - ¿qué son los dangos?
- Eso quiere decir que no los has probado – exclamó emocionado K - ¿te parece si hacemos algunos?
- Aah… claro… - confirmó finalmente L – me encantaría
K le entregó una tierna sonrisa a L y le pidió que lo siguiera, así fueron hasta la cocina. K despachó a todo quien estuviera allí, quería conocer a L y suponía que si había alguien más allí, él se sentiría observado e incomodo.
- Bien! Comencemos
Esto era nuevo para K, sabía muchas recetas pero solamente por haberlas leído, la verdad es que nunca había cocinado en su vida, pero estaba decidido a que este postre le saliera bien.
- ¿Qué hay que hacer? K-sama
- Ehh… bueno… -decía intentando recordar la receta – bueno… creo que primero debemos poner la harina de arroz en algún recipiente
L fue rápidamente por algo que sirviera, en seguida volvió con un receptáculo bastante útil
- Bien… ahora…
K miró de reojo y notó que L estaba cerca de él, con la boca abierta y muy atento a lo que hacía, así que decidió jugarle una trampa, tomó un poco de harina en su mano y se lo lanzó en la cara; L llegó a tragar harina y su cara estaba completamente blanca, K reía divertido por lo que veía.
- ¿por qué hizo eso? – dijo L escupiendo harina –
- No bajes la guardia querido L
- ¿querido?
- Oh! ¿Te molestó que dijera eso?
- No – negó con su cabeza – es que… hace tiempo que no escuchaba eso…
K se quedó mirando algo nostálgico tras la respuesta de L. El pelinegro aprovecho el estado emocional de K y tomó harina la cual también lanzó a K.
- Hey!! – dijo entre risas y tratando de sacar la harina de su cara– eso no está permitido
- Dicen que en la guerra y el amor, todo lo está K-sama
- ¿a sí? Pues ya verás
K fue hasta donde L con un saquito abierto de harina y lo volteó sobre la cabeza del pelinegro, luego se alejó de él lentamente. Myung Soo, entre tanto, se mantuvo paralizado por el acto de K; su ropa estaba completamente blanca, de pronto sólo tomó aire, miró fijamente a K y comenzó a caminar en su dirección, éste último mientras tanto se iba alejando de a poco, L aumentaba velocidad y K comenzó a correr por la inmensa cocina, sin dudarlo ningún segundo L corrió tras él.
- ¡No me sigas! – gritaba entre risas corriendo –
- ¡Deje de correr K-sama! – respondía a centímetros de él –
- No!, porque
K fue interrumpido por los brazos de L, los cuales rodearon su cuerpo y lo detuvieron en seco. Fue un instante único, Myung Soo podía sentir el aroma del perfume del rubio, le parecía maravilloso y K jamás se había sentido tan seguro en los brazos de alguien. Los latidos de ambos iban en aumento, estaban tan juntos que llegaban a desconocer cada uno sus propias pulsaciones, confundiéndolas con las del otro. De improviso L intentó dejar a K, reaccionando a lo que estaba sintiendo, pero el mayor no lo dejó. K puso sus manos en los brazos de L impidiéndole moverlos.
- Quédate así un segundo ¿sí? – dijo en voz baja –
- Sí, K-sama – respondió L cerrando sus ojos - ¿puedo preguntar qué pasa?
- Nada, hace tiempo que no me sentía así de bien… ¿sabes? Con Aoi jamás puedo jugar de esta manera y quedarnos así de tranquilos
- Eso suena algo desalentador – expresó el pelinegro sujetando fuerte a K – cuando lo deseé…
- estarás para mi ¿no?
- Sí, así es
- Gracias Myung Soo
Ambos se quedaron así un largo rato, de pronto K se volteó y puso su mano derecha en el rostro de L, al ser casi 10cm más bajo que el pelinegro, se inclinó poniendo sus pies de puntitas para poder finalmente besar al extranjero.
- Que seas tan alto siendo tan joven – dijo cabizbajo K – tampoco esta permitido
L solo sonrió, no le prestó atención a una posible inquietud por estar así con la pareja de a quien tanto temía.
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FuLl MoViEs
MoViEs To mOvIeS
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