To LoVe 2015: Cap. 4:"Otra clase de variante"

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2014年1月20日月曜日

To LoVe 2015: Cap. 4:"Otra clase de variante"

Control, ese dominio que tenía sobre cualquier cosa que me impusiera, lo perdí en una fracción de segundo. Junto a ello, en mi mente se grababa esa clara expresión de regocijo ajeno.
Todavía perplejo por el acto del rubio, sólo atinaba de acariciar mis labios con las yemas de los dedos. Parecía que podía sentir la suavidad de su boca a través de la mía. Fue tarde cuando logré abandonar la nube en que me hallaba, pues él ya había vuelto a la habitación. Aún algo confuso me tumbé sobre el sillón y comencé a caer en sueño lentamente. Cuando desperté, tenía la sensación de haber dormido unos escasos minutos, tenía la impresión de que solamente había pestañeado, pero no fue así. La sala estaba llena de luz, tanto que mis ojos sufrían por el resplandor matutino, me froté ambos con las manos y la mirada se dirigió hacia el reloj. Era tarde, cerca de medio día. Al haber notado aquello me levanté de golpe, hice mis quehaceres diarios con rapidez, más, al comenzar con el desayuno caí en cuenta de que Ikuma se había quedado en la casa, pero ni siquiera me detuve a mirar si estaba en la cama cuando retiré ropa del armario que estaba en la habitación donde él había pernoctado, realmente no estaba poniendo atención a todo y eso jamás me había pasado.
Dejé lo que comería en la mesa y fui directo a la habitación, pero el chico no estaba allí. Empecé a buscarlo por la casa pero no lo hallaba. Repentinamente cerré los ojos, estaba haciendo las cosas mal, viendo todo por encima, sin detenerme en los detalles. Abrí los ojos lentamente, luego de dar un profundo suspiro. Mis ojos se posaron inmediatamente sobre la mesita de centro frente al sofá donde dormí. ¿Cómo no me había dado cuenta? allí había una nota. Me apresuré a leerla.
"Gracias por dejarme quedar en tu casa, nuestra conversación me ayudo mucho. No había hablado de eso con alguien antes, así que espero verte de nuevo So. ¿Sabes? La noche se pasa bien en el bar de enfrente."
Mi ceja izquierda se arqueaba de manera automática. "¿El bar de enfrente?", pensé confuso. Sin prestar más atención me preparé para salir, tenía que seguir el plan. Fue en ese preciso instante en que me di cuenta de que ya no había un plan, había interferido la noche anterior. Di un gran suspiro y me senté en el sofá. Pensaba que era como estar en otro mundo, no prestaba atención ni reaccionaba bien y no entendía que me tenía así. 
Frustración, tal vez fue eso lo que provocaba el impulso a morder mi labio inferior. Al hacer eso último, podía percibir la huella que el rubio había dejado sobre ellos, podía recordar su sonrisa placentera, su exquisito aroma, esa mirada indagadora y su penetrante voz.
De pronto me frotaba la cara con ambas manos “deja de pensar en idioteces Sono”, me decía una y otra vez. Dejé que mi cuerpo se dejara caer por completo sobre el sofá en el que estaba sentado y poco a poco el sueño me invadió. No sé la razón por la cual me encontraba tan “cansado”, pero la siesta duró bastante tiempo. Al abrir los ojos de nuevo el cielo ya estaba de un oscurecido azul. Me senté con rapidez y me dirigí a lavar mi rostro, cuando volví, cogí la nota que Ikuma había dejado.

- El bar de enfrente ¿eh?... Que idiota, cómo no lo pensé antes – pronuncié tomando una chaqueta y saliendo con prisa de casa –

Llegué al bar en que Ikuma y yo nos encontramos la noche anterior. Miré hacia la calle de enfrente y en la entrada de un bar de allí, estaba el rubio. Me apresuré a ubicarme junto a él.

- Pensé que ya no vendrías – dijo entre una leve risa – entremos
- Claro – alcancé a decir siguiendo los pasos del chico – Lamento haberte hecho esperar
- No te preocupes,  de seguro apenas recién has despertado
- ¿Por qué dices eso? – consulté confuso –
- En la mañana no fuiste capaz ni de decir adiós – decía riendo – Yo intentaba despertarte pero fue inútil, así que opté por dejar una nota e irme
- Vaya, no te sentí para nada… ahora ¿Por qué no pusiste sólo el nombre del bar? Habría sido más fácil pillarlo
- No me digas que una persona como tú, tardó en entender el mensaje, no me lo creo – reía al sentarse en la mesa que había elegido –


¿”Una persona como tú”? ¿Otra indirecta? No me atrevía a preguntar sobre aquellas palabras, creo  que en el fondo era una especie de temor a que la respuesta fuese la que realmente creía que oiría.

- Y bien… ¿pudiste conciliar el sueño anoche? –Dije buscando algo de qué hablar –
- Pues sí, debo admitir que me costó, pero al fin logré dormir.
- ¿Te hicieron problemas al llegar a tu casa?
- Dios – exclamaba entre risas – esa es como una pregunta del colegio, cuando te retrasabas en llegar a casa. Pero sí, la verdad me preguntaron muchas cosas. También me advirtieron otras más.
- ¿Advertirte? Algo como “y si lo vuelves a hacer…”
- No, eso me suena más a una amenaza. Aunque eso también lo hicieron, pero además me dijeron que fuera discreto.
- ¿discreto con qué? – Seguía cuestionando sin poder detenerme -
- Este es un Bar, no un centro de investigaciones – dijo arqueando una ceja, dejándome perplejo por unos segundos - ¿Qué quieres beber? Yo invito, para agradecerte lo de ayer.


Me contuve el resto de la noche, no pregunté nada, solo bebimos y hablamos de cosas sin mayor sentido. A pesar de “no tener lo que quería” fue uno de esos encuentros que te dejan una sonrisa en el rostro. Conocerlo un poco más, saber acerca de su personalidad y metas, se me hacían algo muy agradable a cada minuto.
Ya se había hecho tarde y nos despedimos, con el acuerdo de vernos cada noche en el mismo sitio.

Fui a casa con tranquilidad, me sentía tan ligero al caminar, sin preocupación alguna. Eso hasta que sonó mi teléfono y pensé en porqué no le había pedido un número a Ikuma, que torpe.

- ¿Sono? – Decía una voz al otro lado del teléfono -
- Ah! Kaji, eres tú, ¿qué ocurre?
- Estoy en la casa, esperándote, apresúrate – ordenó y cortó la llamada -

Su voz sonaba tan enfadada que me apresuré en llegar. Al entrar me encontré con Kaji, un tipo rubio, vestido de negro, incluyendo guantes de cuero negro; sentado en mi sofá. Tenía una seria expresión.


-  Sono, dime inmediatamente qué crees que estás haciendo con respecto Ikuma

Yo sólo tragué saliva, y mordí con ligereza mi labio inferior.


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