Desde siempre llevando recuerdos juntos, compartiendo sueños y deseos cada día, “siempre estaremos juntos”, era a lo que se comprometían a cada instante.
Como cada día, dos niños jugaban en un hermoso parque, allí uno de ellos detiene la diversión para expresar algo…
- Nee Taku..
- Mm? – dijo uno de ello, aun jugando con su objeto –
- Hay algo que tengo que contarte – dice con un tono de preocupación –
- ¿qué cosa? – deja su juguete de lado –
- Me voy
- Ah?!!! – impresionado - ¿a dónde?, ¿cómo?, ¿por qué?
- Amm, mi madre… quiere que… me valla con ella a otro país
- No puedes irte Yoshi!!
El más pequeño lo abrazó, dejando al otro niño sin saber realmente que hacer; para ambos era una difícil situación
- Lo siento, no puedo hacer nada Taku… lo intenté… pero no pude hacer nada
- Iie!!
En ese instante, Taku corrió en dirección a su casa, al legar se quedó en su pieza, llorando por la próxima partida de su amigo
- No puedes irte…
- Taku – dice una mujer al golpear la puerta –
- Mm?
- Yoshi quiere verte
- Dile que no estoy
A través de la puerta, Yoshi mencionó ciertas palabras…
- Espero que las paredes le puedan dar este mensaje a Taku… nee… no quiero irme… pero soy solo un niño y mi madre es quien da las órdenes… te llamaré… todos los días… adiós Taku
Fue en ese momento en que Taku abrió la puerta de su habitación y abrazó a Yoshi
- No quiero que llames!!!, no quiero que te vayas!! – llorando –
- Vaya – ríe – pensé que no estabas… - seca las lagrimas de Taku –
- Pues llegué
- Taku… me voy mañana, así que debo irme mi casa
- Espera! – le toma la mano – yo… Yoshi… etto… me gustas – sonrojado y cabizbajo –
- - sonrojado – hablas en serio?! Taku volveré!!, te prometo que volveré… por ti… lo haré – lo abraza –
Sin duda aquello era algo que ambos sentían, pero que ninguno pudo confesar antes. Un tierno beso selló la promesa de ambos chicos. Al día siguiente Yoshi se marchó junto a su madre
Sin su mejor amigo, Taku seguía su rutina, creciendo, siendo fiel a su promesa y sentimientos. Hablar por teléfono era algo que no podía altar ningún día. Fueron 11 años en que no se veían, pero durante el cul la comunicación no se perdia; sin embargo, cierto día nadie llamó Taku y a este último nadie le contestó. Comenzó a pasar el tiempo y la situación de incomunicación se mantenía.
- ¿qué ocurre Yoshi?, ¿por qué no me contestas?
Pasó un años y Taku se encontraba en la universidad, vivía con un amigo, Jill… u chico de cabello castaño, tez clara y constante estado de preocupación por el resto. Él era conocido de Taku desde pequeños, por lo que también era amigo de Yoshi.
- Nee Taku…
- Mm?
- Sabes… me dijeron que hay 2 alumnos nuevos… creo que de intercambio
- ¿en serio? – fingiendo sorpresa – pues… no me interesa
- Mm, ¿estás bien?
- Sí, es… es solo que…
- ¿qué pasa?
- No puedo olvidarlo
- Oh… entiendo – cabizbajo –
Al querer entrar al salón, Taku chocó con un joven en la puerta, un poco más alto, cabello rubio, ojo verdes… Taku se quedó mirándolo fijamente a los ojos parecía hipnotizado, cuando se dio cuenta a quien pertenecía aquella mirada
- Yoshi?
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