Él es lo que yo he anhelado durante este tiempo, conociéndolo, cuidándome, simplemente estando juntos; todo empezó el día en que nací, mi madre era viuda y sabía que no podía hacerse cargo de mí, sin embargo me cuidó hasta los 5 años. Posteriormente me dejó sin nada que decirme en la iglesia donde asistíamos, entre tanta gente no me di cuenta en qué momento me dejó, la busqué, pregunté por ella, pero no estaba… me quedé sentado en una banca, tal vez ella volvería por mí, estuve horas allí esperando, pero no apareció. Me quedé a dormir en aquella iglesia, por miedo a que afuera pasara algo, durante años formé un mismo panorama, dormía en la iglesia, escondido; luego salía a la calle a pedir por alimento, generalmente cantaba pues a la gente le gustaba mi voz y por ello me daban comida o dinero, eso lo realicé hasta que cumplí los 15. Pero todo cambió en mi vida, cuando estaba durmiendo como siempre en una de las bancas de la iglesia, no me di cuenta de que hora era, pero al parecer era bastante tarde, me desperté por el sonido de la gran puerta al abrirse, me quedé con los ojos cerrados y no me moví de donde estaba, fue entonces cuando un hombre se sentó a mi lado… y una suave y resonante voz se escuchó…
- ¿Qué hace un chico como tú durmiendo acá?
Mire al personaje, él no me dirigía la mirada, hablaba mirando al frente…
- Respóndeme, ¿por qué duermes acá cada noche, durante tanto tiempo?
- Co… cómo sabe hace cuanto tiempo estoy aquí
- Mm te vi llegar aquí cuando eras un niño, te vi salir y entrar de aquí en innumerable ocasiones, te he escuchado cantar…
- ¿Por qué solo ahora se acerca a mí sí me ha visto tantas veces?
- Mm no sé, creí que eras tal vez criado de algún clérigo, pero por cómo te escabulles para poder dormir aquí…
- En 10 años solo hoy se dio cuenta?
- Pues, si - le sonríe -
Era tan extraño, era la primera persona que se acercaba a hablar conmigo de tal manera, y aquella sonrisa lograba mi sonrojo… era tan… pura, tan bella sonrisa, realmente cautivadora…
- Esto, sabes… pues no sé si te interese, pero podrías ser mío…
- ¡¿Qué?! - sonrojado hasta los ojos -
- N… no… no malinterpretes… me refiero a que… puedo darte un hogar pero debes hacer labores… me entiendes…
- Como si fuera… mi amo?...
- Claro… eso…
- Mm está bien…
- Entonces… vamos a mi casa…
En ese instante me tomó la mano… la que estaba realmente helada, ello le impresionó
- ¿Como puedes vivir así?
- Costumbre… esto y ¿cómo debo llamarlo?
- Oh! Claro perdón… soy Kamijo… tu eres?
- Ah, no tengo nombre…
- ¿Qué?... ¿cómo que no tienes nombre?
- No… no tengo
- Mm en ese caso yo te pondré uno, pero por ahora vamos a casa, te daré ropa nueva… vamos
- Claro
Por primera vez me fije en su apariencia, lo vestía un hermoso traje de cuero con adornos de un verdadero hombre de la nobleza… llevaba en su cuello una rosa como broche para su "pañuelo" . Su cabello era de un brillante color castaño, tez clara y cuando sonreía se asomaban unos perfectos colmillos, sus ojos eran de color celeste, casi del color del hielo, era un hombre verdaderamente dotado de hermosura.
Así lo seguí hasta una gran mansión, en la que vivía solo… según me dijo
- ¿Vive solo en tan abundante hogar?
- Mm vivía con alguien, pero me dejó hace poco… se fue donde no pude seguirlo, hasta que la muerte me alcance…
- Ah… entiendo…
Al entrar me fije habían muchas fotos de él junto a una hermosa mujer de cabellos ondulados de color dorado, una piel muy fina y blanca, grandes y brillantes ojos negros…
- Ella era muy hermosa…
- “Ella”, siempre lo confundían con una mujer
- A… ¿a que se refiere?
- A lo que llamas “ella“, es un hombre… Hizaki… mi hermoso Hizaki…
Cuando decía aquel nombre sus ojos resplandecían aún más… Kamijo se veía muy lindo así, pero algo dentro de mí crecía, ¿era rabia tal vez?, la verdad no lo sabía, pero deseaba romper todas las fotos y que él dejara de ver con tanta ternura a su gran amor.
- ah! Ya sé cual será tu nombre…
- ¿mm…?
- Riku…
- ¿Riku? ¿Por qué Riku?...
- Tendré mis razones, pero ¿acaso no te gusta?
- Si me gusta… gracias señor
- Ven, te mostraré tu nuevo cuarto…
Kamijo me enseño toda la casa, era bastante grande y muy bien adornada… llegamos hasta mi nueva pieza, era muy grande, la cama era muy cómoda, jamás había visto algo así, mi amo me dio ropa nueva y me acosté, pues era bastante tarde, Kamijo me abrigó y besó mi frente…
- Pu… ¿puedo… preguntarle algo?
- Claro, dime…
- ¿Por qué… me trajo aquí?, ¿por qué me da la confianza de vivir en su casa?, ¿darme abrigo?, ¿es que acaso no desconfía en que le robe sus cosas de valor?
- Creo saber por lo que has pasado, te vi durante tus 10 años en la calle y jamás le robaste a nadie, veo en tus ojos que nunca me harías daño…
- Mm…
Él tenía razón… era la primera vez que yo lo veía, pero sé que jamás le haría mal, él en este momento era la persona más importante para mí… será que por primera vez… ¿me había enamorado?
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