Para K, Ayame era solo uno más de aquellos ricachones aburridos, acostumbrado al lujo y a menospreciar el esfuerzo del resto, pero simplemente no lo conocía…
Al día siguiente llegó Ayame a instalarse en la casa de K, quien se encontraba en ese instante en su empresa, así que el rubio empezó a caminar por la casa viendo su decoración, percibiendo que debía ser muy solitaria la vida de K, pues no tenía gente de servicio
- Hace las cosas él solo?
Ningún ruido, había entrado porque K le entregó las llaves después de la cena. Conociendo el lugar Ayame ingresó a la habitación de K, allí tenía un cuadro pequeño sobre un mueble, era la foto de un joven de cabello largo y desordenado, de ropa suelta y desarreglada
- Quién es él?
De pronto escuchó el sonido de la puerta, se dirigió hasta allá y se encontró con Ryoga y K entrando…
- Oh que sorpresa, ya estás aquí
- Mm – mirando el piso, algo nervioso –
- Te presento a Ryoga, él se encargara de ti en la empresa
- Aaahh así que tú eres Ryoga… es un gusto, soy Ayame – sonrojado –
Ryoga se quedó mirando los tiernos ojos azules del pequeño Ayame, le llamaba amucho la atención que bajara su rostro y que si sus miradas se cruzaban se sonrojaba bastante, no se parecía a los típicos de su familia que ante todo mantenían la cabeza en alto, preocupados de que nunca los vieran ceder ante la postura de otra persona.
- Empiezas mañana no es cierto?
- Sí – mirando a otro lugar –
- Pasen al jardín, iré a cambiarme ropa…
Mientras K iba a darse un baño y cambiarse ropa, Ryoga se quedó sentado en el pasto del jardín de K junto a Ayame…
- Y te gusta esta casa?
- Es linda, pero me llama la atención que no haya nadie más
- K vive solo, completamente solo
- Y él hace todo aquí?!, es decir, aseo y esas cosas?
- Sí, hay veces en que lo hacemos juntos, es divertido… tal vez un día lo hagamos los 3, te parece?
- Jamás he hecho ese tipo de cosas…
- Ah… - cabizbajo –
Ayame se sintió algo mal, era como si hubiera rechazado la invitación de Ryoga y no quería rechazarlo…
- Pero ayudaría en lo que fuera…
- En serio? Me alegro mucho, se nota que no eres como tu familia…
Ryoga se percató de su desubicado comentario…
- Lo siento, no debí decir eso…
- Está bien, tienes razón… todos en mi familia son iguales… menos K… él es distinto… él… él es único
- Sí, lo es, desde que lo conozco admiro su determinación y me mantengo su lado para apoyar su estado
- Estado?
- Con los días que pases aquí te darás cuenta de que hablo
- Am… ok
- Que hermosos
- Eh?
- Tus ojos, son hermosos
- Aa... etto… gracias… -cabizbajo y sonrojado –
Ryoga no pudo evitar dejar de mostrar una leve sonrisa, le atraía mucho ese pequeño Ayame…
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