
Sentí algo como esto, cuando desperté sobre el cómodo sofá marrón de Ikuma. Estaba mareado y, al sentarme, aquella sensación se incrementó.
- No te muevas tan rápido, de hecho, sólo quédate así recostado unos minutos más – oí la voz del rubio, quién dejaba una bandeja con té, tazas, azúcar y leche sobre una mesita que estaba a pocos pasos de dicho sofá-
- ¿Qué pasó? – consulté algo confuso, no recordaba más allá del contacto físico que habíamos experimentado –
- Te desmayaste – dijo sentándose sobre la alfombra, al costado mío – Luego de ver eso – incluyó mostrándome una foto-
Me quedé perplejo de nuevo y recordé la conmoción antes de perder el conocimiento. Mis ojos se llenaron de lágrimas al ver su rostro, era la mujer más hermosa.
- ¿Por qué tienes una foto de mi madre en tu escritorio?
Sólo oí un suspiro por parte de Ikuma, que luego puso la foto sobre la mesita de centro.
- ¿Realmente no recuerdas nada de aquella época? –dijo con una leve sonrisa, parecía contener una pequeña esperanza –
- No sé de que hablas…
- Sono, nos conocemos de antes. Tu mamá vivía aquí, contigo. Éramos tan cercanos, hasta que ella falleció
- La mataron – Corregí con absoluta seriedad. A lo que Ikuma se quedó mirando consternado- ¿Por qué me miras así? - pregunté confundido-
- No sé de que hablas…
- Sono, nos conocemos de antes. Tu mamá vivía aquí, contigo. Éramos tan cercanos, hasta que ella falleció
- La mataron – Corregí con absoluta seriedad. A lo que Ikuma se quedó mirando consternado- ¿Por qué me miras así? - pregunté confundido-
- ¿Me dirás que tampoco recuerdas cómo murió? – preguntó con una leve sonrisa incrédula –
De pronto me detuve a pensar en ello. Según yo, jamás me informaron de quién la mató y cómo la mataron. Así que ¿“Recordar”? Yo ni siquiera había presenciado su muerte.
- ¡Yo no tengo información al respecto, nunca me la dieron! – dije levantándome con un brusco movimiento, logrando una punzada aguda en la cabeza. Decidí quedarme sentado en el sofá –
- ¿Por qué no tomas un poco de té y me escuchas? Hay cosas que parecen haber sido suprimidas por tu cerebro.
Cogí una de las tazas y me serví en conjunto a la leche. De alguna forma, deseaba oír las palabras que Ikuma tenía que pronunciar.
Quedé consternado tras escucharlo. ¿Realmente había pasado eso? Mis mejillas se llenaban de lágrimas.
- Tú fuiste, Sono. No sé porqué, pero tú lo hiciste. Tampoco sé porqué, pero mi padre se preocupó de que todo quedara oculto. Tú fuiste enviado lejos, no sé dónde. Pero ahora que te he vuelto a ver, te conozco lo suficiente para enterarme desde el principio, que actuabas. Y… policía, te incluiste en investigaciones. Ahora entiendo porque, al menos, te involucraste en ese mundo.
- Yo no pude haber hecho eso – dije horrorizado, mi cabeza daba vueltas. Miraba el piso alfombrado buscando una explicación. Hasta que la puerta del salón se abrió-
- Así que es verdad… tú estás aquí – Mencionó una reconocida voz a mis oídos –
- ¿Papá? – Exclamó Ikuma con sorpresa –
Vi su rostro, un hombre ya envejecido, con la vista cansada pero penetrante. Entonces, con aquella mirada, recordé todo. Mil imágenes en mi cabeza en cosa de segundos. Enloquecía, a cada milésima de tiempo, enloquecía un poco más.
FuLl MoViEs
MoViEs To mOvIeS
XXX +24 <
Post a Comment