¿Por qué a veces el pasaje de la vida cambia de esta manera?, vuelcos inesperados… tal vez tal vez sea la única manera de ver las cosas desde ambas partes…
Yoshi corrió desesperado hacia el cuerpo de Taku, se arrodilló y puso la cabeza de éste sobre sus piernas, diciendo su nombre una y otra vez para que despertara, pidiendo ayuda, gritando por una ambulancia… fue cosa de minutos cuando una llegó al lugar. Yoshi llamó por medio de su celular a Jill avisándole que iría junto a su amigo hacía el hospital.
Se negaba una y otra vez que ello estuviera ocurriendo, era algo irónico y molesto que pasara esto, ¿por qué haces esto dios?, entre el llanto se decía a sí mismo. Después de unos minutos más llegaron al hospital, Taku fue llevado a la sección de urgencia, mientras Yoshi se mantuvo sentado, algo nervioso y a la misma vez ansioso en la sala de espera. Después de un instante Jill llegó al sitio, estaba totalmente preocupado y alterado…
- Yoshi!! ¡¿qué pasó?!, ¡¿dónde está Taku?!
- Cálmate Jill, no sacamos nada con sobresaltarnos, debemos esperar
Así comenzó la larga espera para ambos amigos que compartían un mismo sentimiento por quien se encontraba inmerso en un sueño…
Pasaron las horas… hasta que un doctor llegó a la presencia de los jóvenes, ambos bastante inquietos por saber el estado de Taku, se pararon frente al médico para escuchar su diagnóstico
- ¿Ustedes son familiares de él?
- Sus padres están en el extranjero, nosotros somos sus amigos
- Mm ok… bueno él está estable, aunque sufrió una pequeña fractura en el brazo y se demorará un tiempo en despertar
- ¿podemos verlo?
- Sí… acompáñenme
Los tres se dirigieron a la habitación donde se hallaba Taku, el doctor les abrió la puerta y al momento que Yoshi y Jill entraran, la cerró yéndose a otra atención. Por tanto, los dos chicos vieron la figura de Taku envuelta en su sueño, para los dos se produjo una especie de shock al verlo en ese estado…
- Me siento tan culpable por esto…
- Ahora solo debemos pensar en cuidarlo, además – cabizbajo – cuando despierte ambos se recordaran y podrán estar juntos
- Mm, tienes razón…
Jill solo veía en su mente que en el momento en que Taku despertara, percibiría los tiernos ojos de Yoshi y comenzarían uno y otro lo que iniciaron hace 11 años…
En los próximos días, Jill asistía cada día a ver a Taku, recordando los mil y un momentos que pasaron juntos
Se conocieron cuando Jill se cambió de casa a la ciudad donde Yoshi y Taku vivían. Siempre fue muy aislado de los demás niños… le costaba mucho hacer amigos, por ello salía a jugar solo. Un día un niño rubio de baja estatura se le acercó con una inocente sonrisa plasmada en el rostro
- Hi! Soy Taku vivo en la casa de allá – apunta con el dedo –
- Aa… etto… yo… - mirando el piso – yo soy…
- Vamos sin miedo – le sonríe –
Era una sonrisa tan acogedora, Jill sonrió ante el acto de Taku y prosiguió…
- Soy Jill,… vine a vivir hace poco aquí – apunta a su casa – es un gusto conocerte – hace una reverencia –
- Mm sabes estoy esperando a que llegué mi amigo a jugar conmigo, ¿quieres unirte?
- Ha… hablas en… serio?
- Claro que si…
Así luego se presentó a Yoshi y comenzaron a crear un baúl de recuerdos. Jill jamás había tenido amigos tan cercanos y sin duda aquellos años fueron los mejores para él. Cuando Yoshi debió partir, Jill se quedó apoyando a Taku… entendía su pena… pero con el tiempo se dio cuenta que más que una amistad, a ellos los unía un lazo de amor. Al darse cuenta de ello, algo en su corazón le dolió “¿Qué es esta sensación?”, se volvía inexplicable el hecho de sentir un algo de rencor por Yoshi; a medida que pasaron los años, pudo escuchar a su corazón decir lo que sentía por Taku, se negaba que eso ocurriera pues él es su amigo y aunque su sonrisa, su voz y su mirada lo cautivaba por completo, era un acto prohibido enamorarse de él. Sin embargo luego entendió que jamás cambiaría sus sentimientos por Taku con solo decírselo, lo único que podía hacer era ser fiel a cuidarlo y acompañarlo en su espera por la felicidad, es decir, por Yoshi…
Ahora había algo que lo incomodaba y tomando la mano de su “bello durmiente” le decía…
- Espero que no recuerdes lo que te confesé…, quiero seguir a tu lado, por favor no me rechaces
Apoyó su cabeza en la mano de Taku, hasta sumergirse en su propio sueño
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