A cada instante Kamijo sentía la necesidad de saber que había ocurrido entre Sono y Masashi, porque él nunca supo de la existencia de quien ahora pasaba cada día cerca suyo, ya habían transcurrido 3 días desde su último tour por el barco; solo lograba recordar que Sono en alguna ocasión describió a Masashi, pero nunca dijo su nombre, ni habló de él respecto a su actitud o la manera en que se conocieron, todo eso era entre ellos dos y nadie más parecía tener derecho a saber que había tras las apariencias.
(“Por qué me interesa tanto, ah bueno es obvio… de cierta forma me molesta que Sono no confíe en mi…”)
- Disculpa… - le toca el hombro –
- Eh?... – mira a quien le habla –
- Quiero hablar contigo
- Kamijo… de que quieres hablar
- Am… bueno… sé que no soy quien para de alguna forma exigir una explicación… pero…
- Pero?... que pasa Kamijo?
- ¿Por qué no me dices nada respecto a lo que pasa con Sono?
- Ah.. eso…
El nerviosismo crecía dentro de Kamijo al ver la expresión apagada de Masashi…
- Han pasado… 5 días…?... desde que nos conocimos… y creo que quizás sea tiempo suficiente para que lo sepas…
- No quiero que te sientas obligado…
- No te preocupes, estos días he sentido una confianza hacía que por nadie antes
Kamijo comenzó a sonrojarse ante aquellas palabras. Sin más preámbulo Masashi comenzó a decirle a Kamijo su historia, confesando en ese instante algo más…
- Conocí a Sono hace más o menos... dos años, fue solo algo inesperado… él corría algo triste y despreocupado, cruzó una calle y los autos tocaban sus bocinas por casi atropellarlo, los conductores le gritaban; llegó a la vereda a salvo, se puso de rodillas en el suelo y lloraba desconsoladamente…
Kamijo recordaba que en una ocasión, en una fiesta Sono desapareció y día después apareció como si nada, sin dar explicación de por qué se había ido.
- … yo atiné a acercarme a él y le ofrecí mi mano para que se levantara, él aceptó y se puso de pie, miraba el piso… le dije que fuéramos a algún sitio par que él se tranquilizara un poco. Cuando llegamos a un bar, comenzamos a hablar y me explicó su situación, fue allí cuando nos dimos cuenta que podíamos tener una linda amistad; con los días desarrollamos más eso, pasamos mucho tiempo juntos, teníamos bastantes cosas en común y…,… bueno… me di cuenta… - la voz de Masashi parecía nerviosa – que tenía un sentimiento hacía él que no correspondía solo a la de una amistad
El rubio lo miró realmente sorprendido, para él no era algo de todos los días oír que un hombre sintiera atracción por otro. Era notable que la expresión de Kamijo incomodaba un tanto a Masashi, por ello le costaba retomar el habla
- Em… bueno, pasaron meses para poder declarárselo a él, a partir del instante en que lo hice Sono ya no fue el mismo, me evitaba, era en vano invitarle a alguna parte, pues era obvio que él no asistiría… aun así seguí intentándolo y el último intento fue invitarle a este barco, cuando le entregué el ticket, él me dijo “no quiero hacerte daño Masashi… hay alguien en mí y no eres tú”. Sentía que mi corazón se hacía mil pedazos aun sabiendo que era ciertamente posible oírle decirme eso…
Masashi se detuvo entre respiros agitados, tratando de detener un seguro llanto; Kamijo se daba cuenta y lo abrazó…
- Llora si quieres hacerlo…
- No… no quiero hacerlo… no quiero dejar que me afecte… Sono es alguien importante, pero por el cual asumo que por ninguna circunstancia conquistaré
- Te has resignado…?
- Si, quizás si… cuando te vi y supe que venias en su lugar, me di por vencido…
- Te diste por vencido solo con él…
- Eh?
Acto impulsivo tal vez?, es lo que parecía; Kamijo tomó a Masashi de los antebrazos y lo acercó hacía sí mismo. Experiencia única para ambos, inexplicable y extrañamente satisfactoria; sus labios juntos, probando cada uno los del otro
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