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Descansar, descrito como tener un alivio en dolor o de preocupación. Quizás… cumplía una de las situaciones, pero la otra… la verdad es que no. Por más que mi cuerpo se comenzaba a recuperar, me mantenía preocupado quedarme en esa casa y en realidad me incomodaba muchísimo la actitud fría de Jin.
Solo bastaba que lo mirara para que el menor comenzara a decirle a Kazuki que me sacara de esa casa. Sin embargo, éste solo ignoraba la posición de su hermano y eso… me gustaba más de él.
Sí, cada momento en que podía ver el amable rostro de Kazuki, sentía una felicidad inmensa y cuando podía ver sus ojos… mi corazón se aceleraba, me encantaba escuchar su voz.
- Kazuki – dije acostado en su habitación, mientras él ordenaba algo –
- ¿qué pasa? – respondió dejando de lado lo que hacía –
- Ah… creo que es mejor que duerma en otro lado, ésta es tu habitación…
- ¿en otro sitio?
- Sí, puede ser… el garaje, estaré bien ahí, está al cerca de la cocina y del baño… es lo único que necesito
- Sí, quizás en segundo piso no sea del todo cómodo. Bien, te acomodaré cosas abajo
- Gracias Kazuki… haces más de lo que deberías
- No te preocupes, iré a hacerte una cama, le diré a Jin que venga a ayudarte a bajar
- No te molestes!, puedo hacerlo solo… - dije efusivamente –
- Está bien – respondió entre risa –
No quería que Jin me ayudará, no lo haría de buena gana, pero debo admitir que necesitaba esa asistencia… a cada paso me dolía un poco. Iba apoyado de la pared, vi las escaleras y entre en pánico, creía que cada vez que mi pie se sostuviera fuertemente en el piso, la punzada en la zona de mi herida dolería más.
- Te ves complicado – dijo una voz a mis espaldas –
Me volteé y vi a Jin con una sonrisa burlesca pintada en su rostro. Solo lo ignoré su actitud e intenté bajar la escalera. Sentí dolor, pero no lo suficiente para no poder bajar, sostenido de una baranda logré llegar al primer piso. Me quedé un instante detenido, admirando la sala de estar.
- Byou… - nombró esa voz tan hermosa – ya está listo, ven conmigo
Solo asentí y lo seguí, llegamos al garaje y había a la izquierda de la habitación un Shikibuton cubierto con un kakebuton y tenía una makura, se veía bastante acogedor. Había algunas cajas apiladas a la derecha de la habitación, pero alejadas del futon.
- Vaya Kazuki te luciste!, está perfecto
- No exageres, lamento que tengas que estar cerca de esas cajas y este lugar es un poco frío
- Kazuki, esto es más de lo que merezco, estaré bien… muchas gracias
- Bueno si decidí dejar que te quedaras y cuidarte, tengo que hacerlo bien.
- Ya basta Kazuki, no es que lo hayamos invitado a quedarse – mencionó tras él esa voz espantosa –
- Jin…
- Debería irse
- Basta Jin
- No te preocupes Kazuki, déjalo hablar, no me importa – dije algo enojado –
Kazuki pasó por el lado de Jin y le susurró algo, luego salió de la habitación. Me quedé a solas con Jin, él se volteó y estaba por irse, pero lo sostuve del brazo izquierdo con mi mano derecha, me miró sorprendido y enojado.
- Suéltame
- ¿por qué te molesta tanto que esté aquí?
Kazuki me había dicho algo de ese motivo, pero quería saber de él que pasaba.
- Eso no te interesa, suéltame!
Al verlo directo a los ojos, me daba cuenta que ocultaba algo en ellos… tristeza tal vez… su mirada era penosa. Al parecer él notó, ya que esquivaba de cualquier manera mi mirada.
- Deja de mirarme así! – decía sonrojado –
- ¿Te pone nervioso? – le dije acercándome a su rostro –
- Déjame en paz!, suéltame! – replicaba intentando soltarse de mi mano –
- Deja de escaparte, solo dices cosas malas porque yo esté aquí y no eres capaz de mirarme de frente
Se mantenía mirando el piso, con la cabeza inclinada hacia la derecha, la cual enderecé un poco con mi mano izquierda en su mentón. Él estaba paralizado, yo me adentraba más en sus ojos, comencé a sentir su respiración muy cerca, sus mejillas ruborizadas, el sutil roce de sus labios; mi corazón latía con fuerza y estoy casi seguro que el de él también lo hacía. Sin embargo, Jin reaccionó a lo cerca que estábamos y puso sus manos en mi pecho y me alejó de él.
- Déjame en paz!
Después de ello solo corrió.
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